
El 5 de julio de 1811 es una fecha que nos habla de nuestra nacionalidad e identidad política autónoma, nos habla del nacimiento de la República, de la impronta de unión continental que tiene la revolución patriota venezolana de esos años y que sigue vigente, afirmó Alejandro López, presidente del Centro de Estudios Simón Bolívar (CESB), durante una entrevista en Unión Radio.
El historiador afirmó que la Declaración de la Independencia Absoluta de Venezuela es el resultado de un proceso constituyente y democrático que inició el 19 de abril de 1810, cuando un movimiento de mantuanos caraqueños y milicias de pardos desconocieron y destituyeron a las autoridades coloniales, encabezadas por Vicente Emparan, capitán general de Venezuela.
Al describir el contexto de estos hechos, López indicó que Venezuela estaba en la lógica imperial española como una de las capitanías generales desde 1.777. “Europa está convulsionada por el avance de Napoleón, quien invade a España y los reyes españoles Carlos IV y Fernando VII son obligados a renunciar”, relató.
Explicó que estos hechos causaron mucho revuelo en América y en las colonias que ya venían levantándose. En el caso de Venezuela, expuso que el 19 de abril no fue el primer episodio. Antes sucedieron la rebelión de José Leonardo Chirinos en 1795, la revolución de Gual y España en 1797, la incursión armada con las embarcaciones lideradas por Francisco de Miranda en 1806, “entre otros movimientos que la historia no registra y nos hablan de una gran incomodidad y un gran deseo de libertad”.
“Esta primera Constitución tiene algo muy relevante, en su articulado contempla que se conforme una confederación de naciones libres en América y así como se llama a Coro, Maracaibo y Guayana que cuando estén en condiciones, se incorporen bajo los principios de igualdad, libertad y soberanía, ese llamado se traslada a las otras provincias americanas y nombra como continente colombiano, a la antes la américa española”, apuntó.
Fue así como el 19 de abril de 1810 se creó una Junta de Gobierno en Caracas, que llamó a elecciones a las 10 provincias de la Capitanía General y siete de ellas se incorporaron a ese proceso de transformación política: Guayana, Coro y Maracaibo seguían fieles a la corona. De esta forma, el 2 de marzo de 1811 se instaló el primer Congreso de Venezuela y de las colonias españolas en América, y en su seno se declara la independencia el 5 de julio de 1811, señaló.
Entre los aspectos que resaltó López de este proceso, es que el territorio declarado independiente incluía el Esequibo. Además, a partir de esta fecha, inició el debate que da origen a la promulgación el 21 de diciembre de 1811, de la primera Constitución de Venezuela y de las tierras americanas colonizadas por los españoles.
En este sentido, considera que los años 1810 y 1811 son cruciales para entender el inicio del proceso de independencia en todo el continente. “Cuando vemos a Bolívar en 1819, creando la República de Colombia en el segundo Congreso que se instala en Venezuela después de ocho años de guerra, vemos que hay una continuidad, hay un principio doctrinario de unión”, expresó.
Precisamente es el 2024 un año conmemorativo del bicentenario de las batallas de Junín y Ayacucho, que el historiador recuerda son “logros militares que tienen su origen en el principio de solidaridad de la República de Colombia creada por el Libertador”.
López rememoró las palabras del Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, cuando decía que nuestro gran proceso de independencia no tiene un punto final. “Es un proceso abierto, que continúa, lo vemos en el contexto actual, cuando Venezuela está reafirmando su soberanía, la práctica de la independencia y se enfrenta nuevamente al imperialismo europeo y norteamericano”.
La enseñanza de la historia fortalece nuestra identidad
Durante la entrevista radial, López también se refirió a la fiesta académica, histórica y cultural que representó el 17mo Congreso Nacional y 4to Internacional de Historia, celebrado en el estado Miranda, del 19 al 23 de junio, el cual reunió a más de 2.000 participantes de toda Venezuela e invitados internacionales de 10 países.
Entre los logros de este evento, señaló la convocatoria del movimiento de la Historia Insurgente expresada en un gran colectivo de personas con diferentes grados de instrucción y profesiones, que compartió debates y reflexiones sobre nuestra ancestralidad, el proceso de independencia, la participación de la mujer en la historia, los afrodescendientes, los pueblos indígenas, la historia de los obreros y obreras venezolanas y latinoamericanas, los nuevos enfoques sobre la historiografía y la enseñanza de la historia.
Otra de las característica del Congreso que generó gran entusiasmo fue la presencia de niños y jóvenes, estudiantes de primaria y bachillerato, que participaron con ponencias y presentaron propuestas que van desde la investigación de fechas bicentenarias hasta métodos y sugerencias sobre cómo enseñar la historia. “Esto pone el foco en la necesidad de hablarle a las nuevas generaciones sobre la historia, la memoria y el patrimonio de nuestro país, porque allí está la fortaleza de nuestra identidad y radica la práctica de la soberanía”, manifestó.